domingo, 7 de marzo de 2010

Noche del 'Merol' progresivo de Dream Theater

Para el metalero romántico que llevas dentro.

Por segunda noche consecutiva, me colé a un concierto. Esta vez fue para ver a Dream Theater. Cualquiera que no conozca su música, los descartaría inmediatamente. "Son otro grupo de viejitos metaleros" - diría o pensaría la mayoría. No soy un gran seguidor, te adelanto. Ni siquiera puedo nombrar 10 canciones del quinteto aunque sí he escuchado algo de su música. Y si no de ellos, per sé, de Liquid Tension, por ejemplo. Entonces sí me es familiar el género.
Ahora bien, cualquier rockero conoce a los "Señores Gol" Mike Portnoy y John Petrucci. Mike Portnoy juega en la misma liga en la que juegan Stewart Copeland y Neil Peart. Mientras que John Petrucci la rompe con Joe Satriani y Steve Vai, probablemente. Si no sabes de qué hablo: primero, búscalo; y, segundo, date de baja.
La noche fue larga en el Auditorio Nacional. Doce o trece rolas. Entonces, ¿por qué digo que fue una larga noche? Solos, puentes, coros y demás detalles que hacen que la construcción de una melodía dure no menos de 6 o 7 minutos.
Melenas y barbas largas, playeras negras y un 95% de la población formada por varones (tal vez exagero, tal vez no)y un escenario muy discreto (la mitad lo ocupaba la batería de Portnoy) con un par de cortinas, una pantalla y un juego de luces limitado acompañaron a la banda. Siendo honestos, no es el objetivo del Metal ser espectacular en cuanto al escenario, video e iluminación. Así es que ni me meto en esos lares.
No obstante, el virtuosismo de cada uno de los integrantes de la banda sí es tema. Primero fue Petrucci quien nos deleitó con un espectacular solo de guitarra (en los descansos entre rolas; pues, claramente, cada composición cuenta con sus dósis de solos). El señor de los teclados, John Rudess fue el siguiente sorprendiéndonos en un duelo virtual contra: él mismo!
La voz a cargo de LaBrie es una voz metalero 100% (aguda, muy aguda, y más aguda durante los coros). La banda se conectó de inicio a fin con los 10,000 invitados que abarrotaron el auditorio. El vocalista se encargó de energizar las lunetas, las gradas más lejanas y a los suertudos que estaban a escasos metros de distancia.
El evento "chusco", por ponerlo de alguna forma, se dio más o menos a la mitad del concierto cuando unos de los platillos de Portnoy parecía aflojarse (claro, después de haberlo reventado cientos de veces). Mientras tocaba, lo arrancó y lo lanzó al suelo. Rápidamente, salió alguien del 'crew' a recogerlo. Lo trató de colocar de nuevo sólo para llevarse una mirada del virtuoso baterista indicándole que mejor se fuera a dar una vuelta. La rola seguía y Portnoy se veía molesto. Así es que decidió lanzar una de sus baquetas justo a donde se encontraba el crew. Ya lo saben. Instalen la batería como se debe o les llega un proyectil de parte de Mike Portnoy. Zafo.
La noche terminó con una afición entregada y completamente satisfecha por el espectáculo del que fue testigo. Los integrantes, de igual manera, salieron satisfechos por ofrenda de los miles de metaleros que se dieron cita esta noche. La banda prometió regresar...

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